El papel de los neandertales en las fases iniciales del paleolítico superior Parte III: huesos y piedras con incisiones.

En la entrada anterior de esta serie habíamos visto que las formas de enterramientos constituyen un primer indicio de “comportamiento simbólico” en las poblaciones de neandertales.


Otras de las manifestaciones de este tipo de comportamientos las encontramos en los posibles indicios de arte incipiente, o arte abstracto en caso de aceptar algunas posibles evidencias, como por ejemplo la fotografía de arriba, que corresponde a un grabado en zig zag sobre un hueso de oso hallado en el yacimiento de Bacho Kiro, Bulgaria, asociado a un estrato musteriense y datado en unos 47.000 años.

Pero antes de comenzar quiero aclarar que muchos de los comportamientos que documento en esta serie de post no están adscritos necesariamente al paleolítico superior a pesar del título, muchos de ellos lo están al paleolítico medio o incluso al paleolítico inferior, pero como el objetivo de la misma es mostrar las similitudes de los neandertales con los sapiens el título puede ser apropiado debido a que la máxima expresión de las cualidades cognitivas de ambos culminan en el paleolítico superior, y a mi modo de ver son el resultado de un proceso gradual y no repentino.

Hay una discusión permanente en torno al comportamiento de los neandertales posiblemente debida a que los diferentes yacimientos arqueológicos ofrecen datos dispares que conllevan distintas, y a veces contradictorias, interpretaciones. Por esta razón existe una gran dificultad para encontrar evidencias claras, rotundas, que convenzan a todo el mundo, sobre el comportamiento simbólico de los neandertales.

Siguiendo el criterio de Bednarik (1994) y Lorblanchet (1999), hay tres grupos de evidencias arqueológicas que permiten intuir las primeras expresiones artísticas o el sentido estético. Estos grupos de evidencias serían: las marcas o incisiones intencionadas dejadas en huesos y piedras, los objetos perforados que han sido utilizados como colgantes o adornos, y por último los colorantes naturales que se han podido utilizar como decoración corporal o para pintar.

Vamos a intentar mostrar aquí algunas de las evidencias arqueológicas relacionadas con los neandertales que son susceptibles de ser adscritas a estos tres grupos, así como las opiniones a favor y en contra de la inclusión de estos hallazgos como evidencias simbólicas.

En el post de hoy vamos a centrarnos en el primer grupo, es decir los huesos y piedras con incisiones.


GRUPO 1: HUESOS Y PIEDRAS CON INCISIONES.

De las poblaciones del pleistoceno medio (Homo Heidelbergensis) y asociadas a la cultura achelense nos llegan las primeras evidencias, aunque muy dudosas, de posibles incisiones intencionadas sobre hueso o piedra.

El primer ejemplo lo tenemos en el yacimiento alemán de Bilzingsleben, con unos 350.000 años de antigüedad; allí aparecieron huesos de elefante decorados con rayas grabadas paralelas.



Otra posible evidencia de incisiones intencionadas se encuentra en el yacimiento francés de Pech d´l Aze, con una cronología de unos 300.000 años; allí se encontró un fragmento óseo con varias incisiones en forma de semicírculos concéntricos.



En el yacimiento checo de Stránska Skala se halló una vértebra con incisiones con cronologías parecidas a las dos anteriores.



En la actualidad, estos tres ejemplos de incisiones intencionadas han sido rechazadas por la mayoría de los investigadores, que consideran que las marcas se deben a causas naturales; sirva como ejemplo el estudio de Marie Soressi y Francesco D’Errico (2007).

En Bereckhat Ram, Israel, se encontró una protoescultura de basalto de 35 cm que puede representar una figura femenina, a la cual se le ha atribuido, con bastante seguridad, una antigüedad de entre 250 000 y 280 000 años, por medio de una capa de ceniza inmediatamente superior, fechada en 230 000 años, en un contexto Achelense. Su descubridor, Marshack defiende que fue modificada de forma artificial para aumentar la forma femenina. Un estudio posterior de D´Errico y Nowell confirma la modificación humana (seguramente Homo Heidelbergensis) deliberada mediante abrasión y acanalado.



A pesar de reconocer la modificación humana, D´Errico y Nowell consideran que no hay intención artística alguna en dicha modificación.

Estos serían ejemplos encontrados en poblaciones anteriores a los neandertales en la línea evolutiva de éstos, los Homo Heidelbergensis, de quiénes ya habíamos visto existe una acumulación de cuerpos intencionada en la Sima de los Huesos de Atapuerca, en la península Ibérica.

Uno de los defensores de la existencia de supuestos diseños geométricos entre las poblaciones neandertales es Erik Trinkaus, el cual se remite a los trabajos de Marshack (1976), y cita una serie de evidencias que, a su juicio, responden a tal consideración.

Con una antigüedad de unos 70.000 años tenemos en el yacimiento musteriense de La Ferrasie un fragmento de hueso cilíndrico decorado con cuatro juegos de incisiones paralelas; este hueso, además, apareció junto a un esqueleto, en lo que se conoce como enterramiento La Ferrasie 1.

Otro caso que señala Marshack es el de un fragmento de hueso con incisiones en zig-zag, al que me he referido al empezar el post, hallado en el yacimiento de Bacho Kiro, Bulgaria, y asociado a un estrato musteriense.

Tiene una antigüedad de 47.000 años y las líneas asumen un cierto ritmo que ratifica su probable intencionalidad.



Cuando fue examinado al microscopio, reveló que su fabricante, al llegar al final de cada línea grabada, "no levantó su herramienta para hacer una línea en la dirección opuesta sino que la dejó sobre el hueso y la giró o torció, dejando la impresión del giro en la esquina de cada uno de los ángulos" (Marshack 1976:277). Esto indica que estas marcas fueron intencionadas y no producidas casualmente al despedazar a un animal. 

Hay otras ocasiones en las que aparecen trazos abstractos en huesos, pero que pueden ser resultado del trabajo sobre el hueso y sin carácter intencional; a este caso parece que responden una escápula en el yacimiento de La Quina, una costilla con líneas paralelas en Cueva Morín y otro ejemplo en Lezetxiki y huesos con rayas en Tagliente (Italia), Kebara (Israel) y Molodova (Ucrania).

En la llamada zona simbólica del yacimiento de Molodova I, aparecieron otras marcas que han sido interpretadas como de origen simbólico: una costilla de cérvido, una tibia de caballo y un fragmento indeterminado de hueso largo de un mamífero de gran tamaño estaban cubiertos de ocre (Chernysh, 1982). También en esta zona aparecieron 10 huesos de mamut cubiertos de ocre. Tres huesos de mamut presentan series específicas (series de 9, 7 y 13 respectivamente) de estrías paralelas (Chernysh, 1982; Nowell, d'Errico, 2007), que no parecen característicos de las actividades de carnicería. Goretsky y Ivanova (1982) interpretaron estas series de estrías paralelas como calendarios. 




También hay un hueso con marcas paralelas y posible utilidad musical encontrado en Schulen, Bélgica, en un contexto musteriense, aunque se discute la intencionalidad de las marcas y su función. (parece ser un raspador de entre 40.000 y 50.000 años).



Otro caso polémico, que recientes estudios confirman que se trata de una flauta realizada por el ser humano, es el de la posible flauta de Divje Babe, caso que ya comenté en un post anterior.

Otra desconcertante evidencia procede de Tata, Hungría. En 1964 se descubrió un segmento del molar de un mamut labrado y perfectamente moldeado de forma oval. Era lo suficientemente grande para caber en la mano y había sido pintado con ocre rojo, posiblemente más de una vez (Marshack 1976). Tiene unos 100.000 años de antigüedad asociada a un contexto musteriense.



Esta pieza única de arte contenía también evidencias de haber sido manejada numerosas veces, ya que aparecía muy pulida y redondeada. Según Alexander Marshack: 

"Hay claramente una conexión cognitivo-visual entre las láminas que se habían golpeado con un guijarro y las láminas cortadas con los dientes. Pero hay una profunda diferencia cualitativa. Los materiales son diferentes y requieren distintas estrategias y secuencias de trabajo. Pero, más importante aún, el trabajo sobre piedra del Paleolítico se diseña con un fin funcional. Pero aquí el artesano hizo el diseño de un objeto no utilitario sino simbólico" (Marshack 1976:278). 

De las marcas sobre piedra vamos a destacar aquí tres posibles evidencias.

La primera es la pieza de sílex de Quneitra, suroeste de Siria. Naama Goren-Inbar, arqueólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, encontró en 1990 un artefacto extraño: una lámina pequeña y casi triangular de sílex repleta de signos que fueron grabados en ella, con cuatro círculos concéntricos y otras líneas siguiendo, como a guisa de decoración, el contorno de la piedra. 


La placa de Quneitra se halló junto a otras herramientas de la tradición musteriense, y su edad quedó establecida mediante el método de la resonancia del espín en cerca de 54.000 años. La duda surge a la hora de identificar al autor de los grabados de esta pieza, ya que por estas fechas tanto neandertales como sapiens convivían en esta zona y estaban asociados a industrias musterienses. El propio Marsahck cree que sapiens fue al autor de esta pieza momentos antes de entrar en Eurasia.

Otra posible evidencia es un trozo mineral de esquisto con líneas paralelas obtenido en la cueva de Temnata, Bulgaria, con unos 50.000 años de antigüedad.



En los años 70 se recuperó en la cueva de Axlor (actualización 01/12/13) un canto con una "X" grabada; está asociada a un nivel de ocupación neandertal con unos 48.000 años de antigüedad. La piedra, de factura neandertal y de forma esférica en sus orígenes, fue hallada en un nivel de hace al menos 48.000 años. Su autor le dio un golpe para crear una superficie plana y grabar en ella, a base de pequeños golpes, dos líneas que se cruzan.



Imagen facilitada por la Universidad del País Vasco del canto encontrado en la cueva vizcaína de Axlor. EFE

D´Errico, 2003, señala que la mayor parte de estas posibles evidencias se pueden explicar mediante causas naturales. Las marcas de los huesos se pueden explicar por una serie de circunstancias tales como:

- marcas dejadas por las herramientas durante el descarnado o la alimentación.

- mordeduras de carnívoros o roedores.

- deformaciones de raíces, etc…

Las marcas de las piedras se pueden interpretar como trazas de corte al haber sido empleada la piedra como yunque.

Además, en contra del sentido artístico de los neandertales tenemos el reducido, y muy discutido, número de supuestas modificaciones intencionales durante el paleolítico medio; por contra en el paleolítico superior, y asociado a Homo Sapiens, el número de representaciones artísticas es lo suficientemente elevado y clarificador como para considerar que las representaciones forman parte de un universo cultural definido.

No obstante, otros investigadores sí defienden que existió arte durante el paleolítico medio y basan su defensa en considerar las piezas que hemos descrito aquí como ensayos que demuestran que el ser humano ha entrado en una fase de experimentación, al tiempo que recuerdan que las actividades desarrolladas por el neandertal en diferentes ámbitos indican que estas poblaciones configuran una sociedad espiritualmente madura y hay que concederles el beneficio de la duda.

Según Alexander Marshack, las piezas con marcas de Bacho Kiro y las de Pech del Aze preconfiguran un código completo de motivos simbólicos que más tarde, durante el paleolítico superior se extenderá por doquier. Esta afirmación no parece que se corresponda con la realidad, por lo menos mientras no aparezcan más evidencias y más claras.


Leroi-Gourham, cuando clasificó los estilos del arte paleolítico reservó una fase previa, una fase prefigurativa, un arte sin pruebas conocidas o arte abstracto caracterizado por la grabación de marcas.


Actualización 06/03/2012 

En las galerías superiores de la cueva de Nerja hay 6 pinturas que representan focas; inicialmente estas pinturas se asociaron a una antigüedad de 12.0000 años, sin embargo los nuevos trabajos llevados a cabo por José Luis Sanchidrián y su equipo han dado como resultado una nueva datación de las pinturas situando su antigüedad en unos 43.000 años, lo que convierte a estas pinturas como las más antiguas del mundo, por delante del mural donde aparecen representados en ocre los 2 grandes Genyornis (las pinturas podrían tener unos 40.000 años de antigüedad) en Australia., o de la cueva Chauvet, Francia, descubierta en 1994, que contiene las pinturas rupestres de un bisonte y un rinoceronte que han sido fechadas en 32.400 años. Los investigadores creen, como analizaremos más profundamente, que el autor de estas pinturas es el Hombre de Neandertal.


La datación de los carbones próximos a las pinturas han arrojado una doble datación, la primera de 43.500 años de antigüedad, y la segunda de 42.000 años. Si aceptamos la irrupción de la cultura auriñaciense como detonante de la llegada de los humanos modernos al continente europeo, nos encontramos con la extraña situación de que esta cultura no llega al sur de la península ibérica hasta hace unos 30.000 años, con lo cual deja al hombre de neandertal como el mejor candidato a ser el autor de estas pinturas, ya que la cultura musteriense está presente en toda la franja que va desde Nerja hasta Gibraltar por estas fechas, y pervive hasta los 30.000 años aproximadamente. Para intentar comprobar la relación del carbón con la pintura, se tiene previsto datar una capa de calcita que existe sobre el pigmento, lo que nos daría una fecha más exacta, pues la calcita se formó después de la creación pictórica.

Fuentes:



















Comentarios

  1. Bacho-Kiro ha. 47 Ka no se considera Musteriense, sino Bacho-Kiriense o (a veces) Bohuniciense, en cualquier caso, "auriñacoide".

    Hoffecker escribió en 2009:

    "The earliest credible evidence of Homo sapiens in Europe is an archaeological proxy in the form of several artifact assemblages (Bohunician) found in South-Central and possibly Eastern Europe, dating to <48,000 calibrated radiocarbon years before present (cal
    BP). They are similar to assemblages probably made by modern humans in the Levant (Emiran) at an earlier date and apparently represent a population movement into the Balkans during a warm climate interval [Greenland Interstadial 12 (GI 12)]. A second population movement may be represented by a diverse set of artifact assemblages (sometimes termed Proto-Aurignacian) found
    in the Balkans, parts of Southwest Europe, and probably in Eastern Europe, and dating to several brief interstadials (GI 11–GI 9) that preceded the beginning of cold Heinrich Event 4 (HE4) ( 40,000 cal
    BP). They are similar to contemporaneous assemblages made by modern humans in the Levant (Ahmarian)".

    No sabemos con certeza si el Emiriense-Bachkiriense-Bohunicense es producto del H. sapiens. Pero sabemos que no es Musteriense y que precede por sólo unos siglos a una oleada claramente sapiens representada por el Ahmariense-Protoauriñacense, con el cual tiene muchos elementos de continuidad.

    Por lo demás estoy de acuerdo: pienso que algunos prehistoriadores son cerriles a irracionales en su conceptualización imaginaria de lo que es y cómo se manifiesta la naturaleza humana "moderna", es decir la sensibilidad artístico-simbólica.

    En ese sentido es importante explicar como haces que los y las neandertales también podían y de hecho expresaban sus emociones e ideas artísticamente.

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  2. Saludos Maju!!

    La verdad es que este es un tema muy complejo, que se hace difícil comprender en su totalidad, por lo menos a mi.

    Nos movemos en unas fechas en la que parece que hay una cierta diversidad cultural, o variabilidades regionales, y pocos restos humanos asociados que permitan acabar con las especulaciones de forma definitiva; y aún existiendo asociación en ocasiones entre una cultura determinada, en particular el chatelperroniense, y restos fósiles de neandertales, se han puesto en tela de juicio las dataciones para desvincular a los neandertales del chatelperroniense.

    Parece que lo que comentas de Bacho Kiro es tal como dices, lo que ocurre, en mi opinión es que ante la duda se tiende a revisar las posibles evidencias de complejidad y se tiende a adscribir estas evidencias al hombre moderno.

    Tiene sentido porque, como dices, hay una continuidad cultural posterior, y porque las evidencias "artísticas" de nuestra especie en el paleolítico superior son muy numerosas frente a las posibles evidencias neandertales; pero quizás la desproporción es tan grande porque, ante la duda, y sobre todo por las fechas que nos ocupa, se tiende a "barrer" para casa.

    Gracias por la aclaración de Bacho Kiro y por el enlace!!:)

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