Las matemáticas en la Prehistoria 4ª Parte: La placa de Blanchard y el asta de Brassempouy.


Como comentaba en el primer post de esta "mini-serie", la necesidad de contar debió surgir de manera espontánea y debido a situaciones inherentes a la vida cotidiana; una de estas situaciones pudo ser la necesidad de controlar el tiempo, y en este sentido los primeros calendarios lunares se erigen en una de las evidencias materiales que más expectación suscitan.

La "Placa de Blanchard" es una buena muestra de ello; tiene una antigüedad de unos 25.000 años (Auriñaciense), y en ella se encuentran 69 marcas que han sido analizadas al microscopio y que han llevado al investigador Alexander Marshack a considerar que las incisiones en el hueso corresponderían al paso de la luna, día a día, por sus diferentes fases durante ese período de 69 días: llena, media, creciente y nueva. El cambio en la técnica de la incisión se corresponde con las distintas fases lunares. Fue hallada en Abri Blanchard (Francia).









Otra pieza muy peculiar, y considerada por Georges Ifrah como una herramienta de cálculo aritmético, es el asta de reno grabada de Brasempoui, que tiene unos 15.000 años de antigüedad. En esta pieza se encuentran marcados 1, 3, 5, 7 y 9 trazos rectilíneos, en una disposición que han llevado a pensar a Georges Ifrah que se tarata de "una especie de "herramienta aritmética" que contiene una representación gráfica de los primeros números impares, así como una disposición que permite hallar rápidamente algunas propiedades elementales". (Francisco A. González, Manuel Martín-Loeches,Enrique Silván, 2010).







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