Como todo el mundo conoce ya a estas alturas, esta semana se ha publicado en la revista Science los detalles sobre unos restos fósiles recuperados en Dmanisi y que tienen 1.8 millones de años de antigüedad. Se trata de dos restos que fueron recuperados en dos momentos distintos, por un lado una mandíbula que fue desenterrada en el año 2000 y el ahora conocido como cráneo 5, que fue recuperado en el año 2005. Según los autores de la publicación, las dos partes pertenecen al mismo individuo. Se trata del quinto cráneo recuperado en el yacimiento.
Los cinco cráneos de Dmanisi -Foto: M. Ponce de León
Los cinco individuos presentan diversas diferencias morfológicas entre sí (mandíbulas de distintos tamaños), pero sin embargo los descubridores defienden que se trata de una misma población, e incluso defienden que se trata de un mismo grupo que debieron fallecer al mismo tiempo debido a una catástrofe natural.
En base a estas conclusiones de Dmanisi, los investigadores extrapolan sus planteamientos a todos los fósiles adscritos a los primeros representantes del género Homo, ya sean africanos o asiáticos, y que generalmente se subdividen en las especies Homo Hábilis, Homo Rudolfensis, Homo Ergaster y Homo Erectus, para concluir que todos estos fósiles pertenecen en realidad a una única especie con una serie de márgenes de variabilidad razonables y similares a los que se pueden encontrar en la actualidad en los seres humanos.
El debate no es nuevo, por lo menos en relación al Homo Erectus y a otras subespecies como puedan ser Homo Ergaster o el Homo Antecessor, que podrían representar a una misma población dentro de unos márgenes de variabilidad; ahora se amplia el abanico y se propone integrar en la denominación genérica de Homo Erectus también al Homo Hábilis, lo que supondría una revisión profunda del árbol filogenético de la humanidad y otorgar al Homo Erectus la distinción de ser el primer representante de nuestro género.
Pero la cosa no parece tan sencilla, en tanto que varios expertos no parecen respaldar la propuesta de los investigadores de Dmanisi. Si bien éstos sustentan su hipótesis en que no pueden aparecer representadas especies distintas de seres humanos en el mismo nicho ecológico debido a que la competencia por los recursos acabaría por eliminar a alguna de ellas, María Martinón Torres ha explicado en un magnífico post en el blog del museo de la evolución humana que un equipo encabezado por Laura Martín Francés ha analizado la mandíbula del cráneo 5 y ha concluido que la diferencia de ésta con el resto de mandíbulas de Dmanisi no se debe a patologías, sino a diferencias taxonómicas como consecuencia de una especialización en el consumo de vegetales, y como consecuencia de esta especialización en una dieta vegetal, este individuo no representaría una competencia directa por los recursos. Esto desmontaría el pilar principal sobre el que se sustentan los autores de la publicación de Science.
Además María Martinón explica que un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid, dirigidos por Javier Baena, han propuesto la posibilidad de que las herramientas recuperadas en Dmanisi fuera elaborada por dos grupos distintos.
Así pués no hay que descartar que en Dmanisi, contra lo que proponen los autores de la publicación de Science, estén representadas más de una especie del género homo.
Actualización 21 febrero 2014.
Se ha publicado un nuevo estudio en PLOS One dirigido por Jose María Bermúdez de Castro, en el que se concluye que en Dmanisi estaban representadas dos especies distintas de seres humanos, contradiciendo así la teoría que defendían los investigadores sobre la presencia de una única especie en el yacimiento (Homo erectus).
Según esta nueva publicación, la variabilidad taxonómica que presentan las mandíbulas entre sí, se debe a que son especies distintas. De las cinco mandíbulas recuperadas, cuatro de ellas presentan similitudes importantes con especímenes africanos de la misma época, sufientes como pare ser adscritas a la misma especie, que bien podría ser Homo Hábilis o bien Homo Ergaster, sin embargo el quinto individuo (cráneo 5 + mandíbula) es distinto tanto en la forma de la mandíbula como en el desgaste de los dientes (lo que sugiere una dieta diferente a los otros individuos). Este quinto individuo debería ser adscrito a la especie Homo Georgicus.
La presencia de dos especies distintas en la misma zona obedecería a que tendrían dietas diferentes, posibilitando así la coexistencia al no representar competencia directa por los recursos, de la misma forma que sucedía en África en la misma época con la coexistencia de Australopithecus, Paranthropus y Homo.
Fuentes:
- DMANISI NOS TRAE DE CRÁNEO
En base a estas conclusiones de Dmanisi, los investigadores extrapolan sus planteamientos a todos los fósiles adscritos a los primeros representantes del género Homo, ya sean africanos o asiáticos, y que generalmente se subdividen en las especies Homo Hábilis, Homo Rudolfensis, Homo Ergaster y Homo Erectus, para concluir que todos estos fósiles pertenecen en realidad a una única especie con una serie de márgenes de variabilidad razonables y similares a los que se pueden encontrar en la actualidad en los seres humanos.
Posible apariencia del individuo al que perteneció el cráneo número 5 de Dmanisi -Foto: J.H. Matternes
El debate no es nuevo, por lo menos en relación al Homo Erectus y a otras subespecies como puedan ser Homo Ergaster o el Homo Antecessor, que podrían representar a una misma población dentro de unos márgenes de variabilidad; ahora se amplia el abanico y se propone integrar en la denominación genérica de Homo Erectus también al Homo Hábilis, lo que supondría una revisión profunda del árbol filogenético de la humanidad y otorgar al Homo Erectus la distinción de ser el primer representante de nuestro género.
Pero la cosa no parece tan sencilla, en tanto que varios expertos no parecen respaldar la propuesta de los investigadores de Dmanisi. Si bien éstos sustentan su hipótesis en que no pueden aparecer representadas especies distintas de seres humanos en el mismo nicho ecológico debido a que la competencia por los recursos acabaría por eliminar a alguna de ellas, María Martinón Torres ha explicado en un magnífico post en el blog del museo de la evolución humana que un equipo encabezado por Laura Martín Francés ha analizado la mandíbula del cráneo 5 y ha concluido que la diferencia de ésta con el resto de mandíbulas de Dmanisi no se debe a patologías, sino a diferencias taxonómicas como consecuencia de una especialización en el consumo de vegetales, y como consecuencia de esta especialización en una dieta vegetal, este individuo no representaría una competencia directa por los recursos. Esto desmontaría el pilar principal sobre el que se sustentan los autores de la publicación de Science.
Además María Martinón explica que un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid, dirigidos por Javier Baena, han propuesto la posibilidad de que las herramientas recuperadas en Dmanisi fuera elaborada por dos grupos distintos.
Así pués no hay que descartar que en Dmanisi, contra lo que proponen los autores de la publicación de Science, estén representadas más de una especie del género homo.
Actualización 21 febrero 2014.
Se ha publicado un nuevo estudio en PLOS One dirigido por Jose María Bermúdez de Castro, en el que se concluye que en Dmanisi estaban representadas dos especies distintas de seres humanos, contradiciendo así la teoría que defendían los investigadores sobre la presencia de una única especie en el yacimiento (Homo erectus).
Según esta nueva publicación, la variabilidad taxonómica que presentan las mandíbulas entre sí, se debe a que son especies distintas. De las cinco mandíbulas recuperadas, cuatro de ellas presentan similitudes importantes con especímenes africanos de la misma época, sufientes como pare ser adscritas a la misma especie, que bien podría ser Homo Hábilis o bien Homo Ergaster, sin embargo el quinto individuo (cráneo 5 + mandíbula) es distinto tanto en la forma de la mandíbula como en el desgaste de los dientes (lo que sugiere una dieta diferente a los otros individuos). Este quinto individuo debería ser adscrito a la especie Homo Georgicus.
Mandíbulas de Dmanisi: D 2600 (izquierda de la imagen) y D 2735. Jose Mª Bermúdez de Castro.
La presencia de dos especies distintas en la misma zona obedecería a que tendrían dietas diferentes, posibilitando así la coexistencia al no representar competencia directa por los recursos, de la misma forma que sucedía en África en la misma época con la coexistencia de Australopithecus, Paranthropus y Homo.
Fuentes:
- DMANISI NOS TRAE DE CRÁNEO
- El cráneo que lo cambia todo: los primeros Homo podrían ser de la misma especie
- Dmanisi: ¿una o dos especies?
- La variabilidad de las cuatro mandíbulas de Dmanisi evidencia la existencia de varias especies
- Dmanisi: ¿una o dos especies?
- La variabilidad de las cuatro mandíbulas de Dmanisi evidencia la existencia de varias especies
Bueno, he estado leyendo el post de John Hawks al respecto, que resume y cita extensamente el artículo incluyendo párrafos enteros, y parece que lo que dice en realidad es que "una especie" debe ser la "hipótesis nula", la posibilidad más parsimoniosa, y más coherente con la navaja de Ockham. Y estoy totalmente de acuerdo en eso. Por tanto, "una especie" debería ser la hipótesis a falsar, y lo que dicen Lorkipanize y cia. es que que no hay argumentos _suficientes_ para falsarla, por lo tanto, debe ser aceptada provisionalmente. Y me parece que en eso tienen toda la razón, o al menos que es mucho más coherente que lo contrario: asumir que la hipótesis nula deba ser que son especies diferentes...
ResponderEliminarHola Millán, gracias por comentar!!La verdad es que no he tenido tiempo de leer el post de Hawks, pero en todo caso parece un poco precipitado extrapolar el caso de Dmanisi a todos los fósiles africanos y asiáticos de "Homo temprano".
ResponderEliminarTampoco ayuda el hecho de que en el pleistoceno medio sí parece que existen líneas evolutivas distintas que nos llevan a Neandertales, Sapiens y en teoría también e Denisovanos...por lo que mirando un poco en perspectiva hacia adelante da la sensación de ser un planteamiento algo retrógrado el que ahora se propone que parece que vuelve a una evolución lineal y no en paralelo.
La verdad es que es un tema extremadamente complejo, y tampoco parece que la tecnología recuperada pueda aclarar mucho al respecto.
Desde un punto de vista personal, y pensando en el papel que puede jugar la arqueología o qué puede aportar al debate, creo que tenemos unos conceptos preconcebidos en cuanto a una diferenciación tecnológica Modos 1-2, que suponemos muchas veces corresponden a poblaciones distintas; en tu caso siempre has defendido que la diferenciación en modos tecnológicos es una idea que puede ser errónea, ya lo hemos comentado otras veces, y creo que tienes mucha razón, pero el caso es que tenemos esa idea preconcebida y esto no ayuda tampoco a que la arqueología pueda respaldar esta nueva propuesta, ya que sigue habiendo muchos años…de por medio hasta la aparición del achelense, y eso que cada vez parece que es más antiguo, en fechas casi contemporáneas a la aparición el registro fósil del Homo Ergaster.
No se, es una idea que no se si tendrá que ver mucho con el tema, pero habrá que ver cómo se podría encajar la arqueología con esta nueva propuesta.
Hola, un saludo y mi agradecimiento personal por tu trabajo divulgativo. Me tomo la libertad de enlazarte en mi blog para facilitar el acceso a las personas interesadas. Estoy preparando un artículo para poner al día ENTRE HOMINIDOS y he descubierto este espacio serio e interesante que presentas. Muchas gracias ya tienes otro seguidor.
ResponderEliminarAndrés Ruiz Segarra
Muchas gracias Andrés!! Me alegra que te guste el blog!! Un saludo!!
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